Fortalecimiento del comportamiento prosocial y de la motivación escolar en los estudiantes del grado once de la institución educativa San José obrero del corregimiento de San Antonio de Prado durante el tiempo de pandemia
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Fundación Universitaria Luis Amigó
Abstract
La juventud es una etapa de la vida en la que se deben afrontar cambios de todo tipo, como lo son los cambios físicos, mentales, emocionales y comportamentales; en esta etapa existe una construcción de la identidad, el desarrollo de la autonomía, y la elección de las amistades o personas con quien se desee relacionar. El acompañamiento de la familia, es un aspecto fundamental para un joven, puesto que esta cumple el papel de guiar en ese proceso de descubrimiento constante.
Aunque en la juventud se busca la autonomía y la independencia, no hay una separación de los padres, sino que se espera aún más apoyo y estos se convierten en una guía durante los procesos más relevantes de sus vidas, lo cual puede explicarse porque a medida que los jóvenes tienen un acercamiento a la edad adulta, van desarrollando la habilidad de ponerse en el lugar de sus padres (Martínez et al., 2010). Por lo tanto, la familia y los amigos son contextos de socialización para los jóvenes, y generan gran influencia en sus conductas. La escuela también ocupa un lugar muy importante en la etapa de la juventud, debido a que es en ella dónde se aprende, se expresan los pensamientos e ideales frente a otros, se comienzan a cumplir reglas o normas, se deben tomar decisiones importantes y se abre paso a la creación de propósitos de vida. En ella, también se adquieren conocimientos que podrán ser usados en diversos escenarios de la vida, y que puede servirles a los jóvenes, entre otras cosas, para aprender a convivir con el grupo de iguales, uno de los contextos de socialización más influyentes. Las buenas relaciones con los iguales son un factor significativo en la socialización de los jóvenes y generan satisfacción en ellos. Tener amigos puede indicar que existen un buen nivel en cuanto a habilidades interpersonales, y la ausencia de conductas agresivas y ansiedad social, lo cual permite que disfruten más las interacciones sociales, y lleva a evitar problemas en las relaciones interpersonales; las interacciones exitosas tienen relación con el afrontamiento de situaciones de conflicto, puesto que los jóvenes perciben apoyo de sus padres y compañeros, ante eventos que les generan algún tipo de estrés (Martínez et al., 2010).