Programa de entrenamiento en habilidades para la vida para pacientes en tratamiento con consumo de sustancias psicoactivas
Date
2016
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Publisher
Universidad Católica Luis Amigo
Abstract
La Organización Mundial de la Salud definió salud mental como el “estado de
bienestar en el cual un individuo es consciente de sus propias capacidades,
puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar en forma productiva y fructífera y es capaz e contribuir a su comunidad” (OMS, 2001, p.1).
Al igual la define mucho más que la ausencia de enfermedad psiquiátrica, está afectada por factores ambientales y socioeconómicos y está asociada a eventos como el abuso de sustancias, la violencia y enfermedades crónicas. A su vez, este conjunto de eventos son más difíciles de afrontar en condiciones críticas de ingreso, educación, inadecuados ambientes laborales, discriminación por
diferentes condiciones (género, etnia), en general, estilos y condiciones de vida no saludables, así como vulneraciones a los derechos humanos (Herrman, 18 Saxena, Moodie, & Walker, 2005).
El Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021, estableció como uno de sus
componentes el dirigido a la promoción de la convivencia social y salud mental y dentro del plan se contempla la estrategia de entornos protectores de la salud
mental; las redes socio institucionales protectoras de la salud mental y la
información, educación y comunicación para la convivencia, que se constituyen
en pilares promocionales desde donde se debe fundamentar el abordaje en
salud pública al asunto del consumo de sustancias psicoactivas
En 1969, la organización Mundial de la Salud (OMS), manteniendo un criterio
clínico, la definió como “toda sustancia que, introducida en un organismo vivo,
pueda modificar una o varias de sus funciones”. De esta manera, droga viene a ser sinónimo de fármaco y así continua utilizándose en la literatura inglesa
(drug). Donde la naturaleza crónica de la enfermedad significa que recaer en el abuso de las drogas en algún momento no solo es posible, sino probable. Las tasas de recaída (es decir, con qué frecuencia se repiten los síntomas) para las personas con adicciones y otros trastornos por consumo de sustancias son similares a la tasa de recaídas de otras enfermedades crónicas bien conocidas, como la
diabetes, la hipertensión y el asma, que también tienen componentes tanto
fisiológicos como de comportamiento. El tratamiento de enfermedades crónicas implica cambiar comportamientos profundamente arraigados, y la recaída no significa que el tratamiento haya fracasado. Para una persona que se recupera de la adicción, recaer en el consumo de drogas indica que tiene que retomar o ajustar el tratamiento, o que debería probar con otro tratamiento.